IGLESIA PENTECOSTAL DE CHILE

Declaración de Fe

Nuestra Herencia Doctrinal

La Iglesia Pentecostal de Chile tiene una historia común con otras denominaciones y movimientos en nuestro pasado. Brevemente diremos que tanto en el aspecto administrativo como en el aspecto teológico, las principales doctrinas y formas del pentecostalismo chileno se le deben a la figura de Juan Wesley, pastor anglicano, posteriormente fundador de la Iglesia Metodista, quien entre otras cosas enseñó la doctrina de la «segunda bendición» subsecuente a la salvación, enseñanza que su colega John Fletcher lo llamó «Bautismo en el Espíritu Santo», y para quien toda doctrina o estudio teológico debía ser realizado desde la perspectiva de la salvación. Pero no debemos olvidar los aportes doctrinales que insertó Willis Hoover Kurk, el padre del pentecostalismo chileno, quien a diferencia de Wesley nos heredó los fundamentos doctrinales del Bautismo por rociamiento. En nuestra iglesia son fundamentales los aportes realizados por nuestro Obispo Enrique Chávez Campos, el fundador de nuestra iglesia y por supuesto el camino doctrinal caminado en estos años con nuestro Obispo Ulises Muñoz Moraga. La iglesia debe siempre mirar el pasado, revisar su presente y caminar hacia el futuro, para que su enseñanza siga siendo acorde a lo contenido en Las Sagradas Escrituras y sea además una respuesta para las generaciones presentes. 

La Teología de la Iglesia Pentecostal de Chile como cuerpo doctrinal está contenida en su Declaración de Fe, la que también ha experimentado cambios y revisiones, de sus primeros dieciséis artículos originales, fueron refundidos en nueve el año 2003 y recientemente el año 2014 se agregó un décimo artículo. 

Pero también la Iglesia Pentecostal de Chile tiene otra teología, la de la práctica de fe, aquella que se revela en la «forma de ser iglesia», como los Pentecostales de Chile nos relacionamos con Dios, con nuestros semejantes y con otras confesiones de fe, como adoramos, etc. También llamada la «teología de las formas». 

Creemos en un Dios trino: Padre, Hijo, Espíritu Santo. Todos iguales, en cuanto a su perfecta y suprema divinidad. En un solo Dios y padre de todos, santo, infinito, vivo, verdadero, eterno de infinito poder y sabiduría, lleno de amor bondad y misericordia, omnisciente, omnipotente e inmutable, perfecto, justo, creador de todas las cosas visibles e invisibles. 

Creemos en Jesucristo como Hijo de Dios Padre, verdadero hombre concebido por el Espíritu Santo en el vientre de la virgen María, y a quien según las Escrituras le ha sido dado toda potestad en el cielo y en la tierra, y que está a la diestra de Dios padre, colocado sobre todo principado y potestad, potencia y señorío y sobre todo nombre que se nombre, no solo en este siglo sino en el venidero, y que todas las cosas están debajo de sus pies, y que El es la cabeza de la Iglesia. El, es nuestro Señor, Salvador y Redentor, que murió crucificado, pero que resucitó de entre los muertos y ascendió a los cielos. Él, es nuestro intercesor entre Dios y los hombres. 

Creemos en el Espíritu Santo que procede y es de una misma sustancia del Padre y del Hijo, que es verdadero y eterno, omnisciente, omnipotente, que consuela, enseña y santifica.

Creemos en la Iglesia Universal, compuesta por todos los creyentes que han aceptado a Cristo Jesús como Salvador y Redentor de sus vidas según lo establecen las Sagradas Escrituras. 

Creemos en la inspiración divina de las Sagradas Escrituras (la Biblia). La aceptamos como la Palabra infalible de Dios y que contiene en el Antiguo Testamento con sus treinta y nueve libros y el Nuevo testamento con los veintisiete libros, todas las enseñanzas necesarias para la salvación de la humanidad. 

Creemos que todos han pecado y están destituidos de la gloria de Dios y que único medio para alcanzar la paz con Dios y la salvación, son por los meritos, muerte y sangre de Jesucristo, nuestro Señor Jesucristo.

Creemos en el bautismo del Espíritu Santo como una gracia y promesa para todos los creyentes en Cristo Jesús, acompañada de diversas manifestaciones expresadas en los dones del Espíritu Santo, que producen un efecto regenerador y transformador en la vida del creyente, conforme está establecido en las Sagradas Escrituras. 

Creemos en la segunda venida de Cristo en forma visible y personal, donde todo ojo humano lo verá y cree en la resurrección de los cuerpos para vida eterna de todos los Salvados en Cristo Jesús.

La Iglesia Pentecostal de Chile reconoce los siguientes sacramentos: 

  1. El bautismo con agua para niños y adultos por aspersión; como acto introductorio a la fe cristiana y símbolo de la incorporación al cuerpo de Cristo;
  2. Santa Cena: como sacramento instituido por el Señor Jesucristo, que simboliza su muerte redentora, en la cual participa el creyente de los elementos: pan y vino.

Creemos que el matrimonio es una institución divinamente creada por Dios en los albores de la humanidad, entre un hombre y una mujer. (Gén. 2:24)

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